Cuando una puerta se cierra, otra se abre

Estoy seguro de que ya conoces esta expresión, la has dicho mil veces y escuchado otras tantas, pero… ¿De verdad te la crees?

¿Qué es lo que quiere decir?

Sin duda la has escuchado, o se la has comentado a algún amigo/a cuando ha perdido una oportunidad, un negocio, un amor… refiriéndote especialmente a que existen más oportunidades, que aunque esa puerta (oportunidad) esté cerrada, siguen quedando más, más a las que llamar, más dispuestas a darnos eso que buscamos, más dispuestas a escucharnos, o mejores oportunidades que muchas veces no vemos, ni sabemos de su existencia.

Esto en gran parte es así, pero amigo/a debemos puntualizar algunos detalles.

Es cierto que el mundo, universo, Dios, energía… cada uno con lo que se sienta más identificado, pero a grandes rasgos nos referimos a lo mismo, esa gran mente creadora, y protectora tiene un amplio abanico dispuesto para nosotros, un abanico de opciones, y oportunidades, que rara vez vemos, por estar enfocados en una de ellas «nuestra puerta», cuando se nos cierra, vemos las demás, y el símil dice que se abren, pero realmente siempre han estado allí, esperándonos, el problema era que nosotros no las veíamos, por tener la vista enfocada en una de ellas, nuestro trabajo actual, nuestra pareja con la que no éramos felices, una situación de injusticia en la vida que nos hace reflexionar…

Caballos con anteojeras
Si nos enfocamos en una cosa y perdemos la perspectiva nos quedamos como estos caballos solo con la vista al frente, sin ver todas las posibilidades

¿Pero y si nos quitamos las anteojeras? Ya dejaremos de enfocarnos únicamente en esa puerta viendo las demás, abrirse ¿No?

Sí, cuando apartamos la vista somos capaces de ver más allá y vislumbrar nuevas oportunidades «puertas» y quizás ese sea el paso más difícil ver más allá, pero muchas veces damos ese paso, y esas puertas que debían abrirse siguen cerradas, y seguimos mirando de reojo a esa oportunidad pasada que encima nos hace daño, pero… ¿Realmente hemos cerrado la puerta? ¿O la tenemos entreabierta?

¿Realmente hemos cerrado la puerta o la tenemos entreabierta?

Y es que amigo/a mío/a, si le ponemos enfoque y energía a una cosa, se lo estamos restando a lo demás, ¿cómo queremos abrir una puerta, cuando tenemos la fuerza puesta en mantener entreabierta otra puerta?

Para entender esto mejor imagina un Banco, o la sucursal que visites normalmente, hay muchos tipos, pero lo más común en los últimos años son las puertas esclusa, por si no sabes lo que es, una puerta esclusa es un sistema de 2 o más puertas en las que primero debes pasar por una, y hasta que no esta cerrada, no permite la apertura de la siguiente, y viceversa

Una puerta no se abre hasta que la anterior esta cerrada

Puerta bancaria, mientras una se abre la otra permanece cerrada

¿Por qué te digo esto? Porque mientras mantengas la puerta del exterior abierta no podrás abrir la del interior, y al revés, en la vida muchas veces pasa lo mismo, nos enfocamos en no dejar que la puerta se cierre, y queremos que la siguiente se abra, pero esto no funciona así, debemos dejar ir, debemos soltar, debemos cerrar.

Debemos dejar ir, debemos soltar

Muchos aeropuertos tienen un sistema similar, un sistema de 2 puertas, y hasta que no cierras la anterior no puedes proseguir a tu destino, realmente es tu elección, ¿Quieres quedarte atrapado? ¿O seguir progresando? Disfruta tu viaje.

Cierra una puerta para permitir que la siguiente se abra, esto llevado a otra frase que seguramente también hayas escuchado, es pasa página.

Permítete pasar página
Permítete pasar página

Nosotros ya te lo avanzábamos en estas publicaciones de nuestro foro:

Ahora que ya ha pasado más de medio mes de enero, y los propósitos de año nuevo empiezan a olvidarse, tú decides ¿Qué puerta vas a dejar abierta?

¿Seguirás con tus propósitos de año nuevo, o dejarás que el pasado siga marcando tu camino?


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